Por cobros indebidos, demoras en los turnos y reticencia al control, La medida rige para once municipios del centro geográfico de la provincia de Buenos Aires a partir de septiembre. Contratación directa para garantizar el servicio.
El directorio de IOMA decidió, por unanimidad, dar de baja el convenio por prestaciones que lo unía a la Federación Médica de Buenos Aires (FEMEBA), en una decena de municipios de la región centro, por una sumatoria de incumplimientos, que van de cobros indebidos a demoras en la atención y negativa a aceptar los mecanismos de trazabilidad y control.
La medida, adoptada a través de la resolución 2024-2882, con fecha del lunes pasado, alcanza los municipios de Florentino Ameghino, Alberti, Bragado, Chacabuco, Colón, General Arenales, General Pinto, General Viamonte, Junín, Leandro N. Alem y Rojas, en los que el instituto tiene una población estimada en 80 mil socios, y entra en vigencia el próximo domingo 1ro de septiembre.
A partir de ahora, IOMA queda en condiciones tanto de contratar prestadores de manera directa como de realizar acuerdos parciales o particulares, con círculos médicos, clínicas o sanatorios.
La decisión llega tras una serie de apercibimientos por parte del Instituto, que fueron sistemáticamente ignorados por esa regional de FEMEBA. Desde el Instituto subrayan que el conflicto, y la consecuente rescisión, se circunscriben estrictamente a esa regional y que no hay, por su parte, ninguna intención de escalarlo. «No es contra nadie sino en defensa de los recursos de los socios», explican.
Aunque hubo un cúmulo de razones, el detonante fueron los denominados “copagos” o “coseguros” que los profesionales o efectores de salud cobran a los pacientes, con el objetivo de mejorar sus honorarios.
Muchas veces, estos cargos, no contemplados en el convenio, terminan funcionando como barreras de acceso al servicio y causando gran irritación entre los pacientes que deben afrontarlos. Esto ocurre, especialmente, en situaciones económicas críticas.
«Los coseguros acá no eran ni de mil ni de dos mil pesos. En algunos casos, llegaban a los ocho mil. Mucha plata para cualquiera que vive de un sueldo”, informa fuente fidedigna.-
Sin embargo, existe otro punto de controversia, vinculado a los mecanismos de control y auditoría. A lo largo del último año, la gestión del instituto ha intentado, por distintas vías, incluyendo el pago de un adicional, que los profesionales, a través de sus federaciones y círculos, adhieran al uso de herramientas electrónicas de control, que reducen drásticamente la posibilidad de fraude, sobrefacturación o sustituciòn de identidad.
El caso más evidente es el del token o clave que el sistema envía al teléfono del paciente cuando este ingresa a la consulta médica, con la cual acredita su identidad. Es el mismo sistema que usan la mayoría de las obras sociales y empresas de medicina prepaga, que reemplaza a la anterior firma en papel y permite un control más eficiente del gasto médico.
Por último, había un reclamo generalizado por las demoras y las dificultades para conseguir turnos de atención en consultorios, que según la especialidad solicitada, podían tardar tres o cuatro meses. Sin embargo, cuando el mismo interesado se disponía a pagar la consulta como paciente privado, la agenda del profesional se liberaba mágicamente.
“Esta decisión del directorio provoca incertidumbre y malestar entre las personas afiliadas a IOMA ya que el cese de dicha prestación significa la falta de acceso a personal médico de distintas disciplinas”.