Gustavo Rovira reside en la zona rural de Curarú y adquirió el mueble en Pehuajó.
Todo dio inicio en la idea de su madre de comprar un mueble usado, o cajones para guardar algunos elementos de la casa- conto Gustavo en su red social- lo que dio paso a que él también se sumará a la oportunidad de adquirir algunos módulos para acomodar elementos personales.
Fue así, que el Martes Gustavo y su mamá se dirigen antes de las 15 horas al lugar donde iban a realizar la compra. Un negocio pehuajense cuyos titulares son conocidos de hace años de la familia. De los nueve que había para elegir, escogieron el segundo y cuarto mueble (módulo) que fueron cargados a la camioneta.
Luego el vecino comentó que al ser tan temprano, quedaron los armarios arriba de la caja de la camioneta, mientras dormían “una siesta” en la casa de la ciudad, lo que podría haber generado que alguien se “los hubiera llevado”, indicó.
Ya más tarde en su casa, en la zona rural, luego de bajarlos (uno de ellos muy pesado expresó) comenzó a vaciar cada armario, cada módulo para proceder a lijarlo, darle una mano de pintura, y acomodarlos para luego utilizarlos.
Fue así que cerca de la medianoche, en el último cajón, se encontró con dos sobres. Al abrirlos, observó que en uno de los sobres había 180 mil pesos y en el otro 7.213 dólares (a cambio oficial 716.900 pesos).
Como ya era pasada la medianoche, Rovira explicó que “era muy tarde para comunicarse con esta familia, con la que somos clientes hace años”. Luego marcó: “No pude dormir en toda la noche”, narró, quien recordó que al comprarlos deslizó una humorada con quienes vendían el mueble al contar una anécdota que se hizo historia en Juan José Paso, cuando habían vendido un inodoro con dinero dentro, lo que generó las risas en ese momento, y una respuesta que sería premonitoria: “Si hay plata la devolves”. Le dijeron mientras se reían de la historia.
Con la tensión y los nervios por lo que había encontrado señaló que recién se pudo dormir a las 5 de la mañana; y a las 8, cuando se despertó recibió un llamado del titular del dinero, para comentarle la situación, explicando que en tal cajón, en determinado lugar había una suma de plata.
Más increíble aún fue que quienes vendieron el módulo no sabían que había ese dinero adentro, solo sabía quién lo había colocado, describió Gustavo, para señalar que le dijo al titular de la plata “si quédate tranquilo, que está, no te avise antes porque cuando lo descubrí era muy tarde”, señaló el vecino, quien en horas de la mañana de hoy viajo a la ciudad de Pehuajó a devolver el dinero.
Sin dudas una historia con ribetes increíbles; una vivencia como el mismo Gustavo la describió: “único e irrepetible en mi vida”, donde se fueron concatenando distintos episodios en un mismo hecho, y que concluyó con un noble gesto del comprador y la alegría del dueño de la plata.