Después de la renuncia al cargo del presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Juan Cruz Molina Hafford, los sindicatos con representatividad dentro del organismo se han declarado en estado de alertar y movilización.
Como no se conocieron los motivos, y en tanto no había ningún dato que permitiera inferir este desenlace, de inmediato redoblaron los temores a que el alejamiento del funcionario se haya originado en las presiones para ejecutar un ajuste mayor de recursos y personal. El mismo Juan Cruz confirmó luego desacuerdos con el Ministerio de Economía.
De hecho, el ahora ex presidente del INTA dirigió su carta de renuncia al ministro de Economía, Luis Caputo, y no hacia el presidente Javier Milei. Molina Hafford solo reconoció que “tuve alguna diferencia entre los pedidos del Ministerio y mi propuesta de gestión. Estoy agradecido por la oportunidad, orgulloso de trabajar en INTA y quedé a disposición para la transición”.
La carta de renuncia no detalló los motivos de tal decisión. Solo agradeció al Consejo Directivo del INTA, que está conformado por las entidades del campo, y al equipo que lo acompañó en la gestión iniciada en diciembre de 2023, por una convocatoria del ex secretario de Bioeconomía, el también renunciado Fernando Vilella. “Confío en que el INTA seguirá trabajando al servicio de la Argentina, por el bienestar de los productores y la sociedad toda”, completó su despedida.
La noticia agregó un ingrediente a la situación dentro de ese instituto, que viene zafando del ajuste de 15% exigido por el gobierno nacional desde marzo, pero que en el último mes lanzó un retiro voluntario para intentar reducir su plantel actual de unas 6.700 personas en unos 900 puestos.
Ese operativo fue renovado hace pocos días, debido a la escasa acogida que tuvo entre el personal. Apenas se habían inscripto unos 250 empleados, y muy lejos quedaba la chance de cumplir con las exigencias de Economía. La pretensión de los que manejan la motosierra es que, entre retiros y jubilaciones, se alejen unas 1.500 personas.
A la par, se dió a conocer la probable decisión del gobierno libertario de salir a vender algunas propiedades del organismo, entre ellas el histórico edificio del INTA en la calle Cerviño al 1.100. Por ambas situaciones, los sindicatos con representatividad dentro del organismo se han declarado en estado de alertar y movilización.
Fuente: Bichos de Campo.