Todo se organizó desde el municipio para que Sábado y Domingo se vivieran dos noches de festival, como desde hace 28 años se viene haciendo en el mes de Febrero, sin embargo y como en muchas oportunidades ha pasado- la situación climática determinó que la fiesta siguiera, que no terminara, que el público pudiera tener otra noche más de predio, con el cierre de los artistas nacionales que no pudieron actuar el Domingo, con menos cantidad de cantinas? si – entendiendo que cada una de ellas están atendidas por personas que tienen sus obligaciones laborales los días de semana- con artesanos solo locales? también- quienes asisten de otras ciudades también llegaron por dos días y no por tres- sin embargo, esto no afectó para que el predio del ferrocarril se encuentre un día de semana colmado de gente que acompañó desde temprano a los cuerpos de danzas, a los artistas locales, que esperan esta fecha para ofrecer a su público las pasiones, su tiempo de ensayos, expectativa y el orgullo de poder estar sobre el escenario de la fiesta que identifica a los Ameghinenses, esa que logra que las ideologías religiosas, políticas, sociales se integren y se deje recorrer y visitar por todos, entrelazando encuentros, saludos, charlas y frases como. ”Nos encontramos todos los años en este lugar” o “Viene la familia para el festival” porque si hay algo que lleva bien puesto el festival es el nombre: “Del Pueblo” porque así seguirá siendo, con cambios, matices, formas, pero sin perder la esencia, esa que cuando llega Febrero hace a todos se vistan de un solo color, el de la celeste y blanca, que sobresale en los cuerpos de danzas , la misma esencia que hace que penetre en los corazones cuando aún se escuchan las estrofas del “Veni vamos hermano”, que acompañó tanto tiempo la apertura y hoy la sigue llevando al escenario “El Fortín de Medias Lunas” de Olga y Orlando Dechia, participes importantes de los comienzos.
Muchos recuerdos, anécdotas y cambios se han dado en 28 años, pero lo que sigue intacto es que en Febrero Ameghino espera, disfruta y vive el festival que es una marca que no se irá, porque es el Festival de la gente.
En poco tiempo cumplirá 30 años, en la vida de los pueblos es poco tiempo, en la permanencia de un evento no es igual, aquí se juegan el respeto por quienes lo pensaron y pasión por lo que se quiere y se siente y se sigue.